A lo largo de la historia, se ha tratado de dar respuesta a esa pregunta: ¿Qué es anormal (o patológico) y qué no lo es?
En psicopatología llegó un momento en el que se concluyó que el objeto de estudio y de trabajo es la anormalidad, a grandes rasgos. Sin embargo, llegar a definir la anormalidad puede ser igual o más difícil que el propio trabajo sobre ella.
Hay cuatro criterios establecidos para intentar definir la anormalidad:
- Criterios estadísticos: Empezó a usarse la estadística para indicar que la patología sería todo aquello que queda fuera de la distribución normal. Sin embargo, eso sería lo mismo que decir que lo poco frecuente es patológico, y hay casos en los que no es así, por ejemplo, los genios tienen mentes y conductas poco frecuentes, pero en absoluto es una patología.
- Criterios Sociales: Lo normal sería lo que hace por consenso el resto de la población, o digamos de otro modo, lo socialmente aceptable. Pero entra en controversia también, puesto que hacer algo que no hace el resto no tiene porque ser patológico, podría llamarse también creatividad, innovación, etc.
- Criterios Subjetivos: Se refiere al hecho de que algo será anormal cuando el propio sujeto diga que algo no va bien, que su funcionamiento no es el normal. El problema en este criterio es que puede traducirse en continuas quejas, argumentando que siempre algo va mal, o lo contrario, que hay veces que el funcionamiento no es el correcto pero el sujeto no lo percibe así, no es consciente de ello, o no lo ubica dentro de la anormalidad.
- Criterios Biológicos: Este criterio se basa en una anormalidad funcional provocada por una anormalidad orgánica. Este criterio, pese a que muchas patologías tienen un correlato fisiológico, hace que volvamos un poco al debate de la dualidad mente/cuerpo.
Actualmente se entiende que ninguno de estos criterios es suficiente por sí mismo para determinar qué es patológico y qué no.
Otro criterio hablaba de que lo patológico sería aquello que obstaculice la adaptación y supervivencia del sujeto, sin embargo el libro de Belloch pone un ejemplo en este sentido que lo desacredita: Se supone que los ciudadanos alemanes, si querían adaptarse y sobrevivir tendrían que aceptar los hechos cometidos por los nazis, tendrían que aceptar y ser partidarios de los campos de concentración, entregar a personas judías sabiendo el destino que tendrían, y realmente muchos actuaron así. Pero debemos preguntarnos, ¿los alemanes que no eran partidarios de todo aquello, actuaban fuera de la anormalidad?¿los considerarías con patología por el hecho de no comulgar con las acciones nazis?
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